El primer caso de desensibilización a un fármaco data de mediados del siglo pasado y se le realizó a una mujer embarazada y alérgica a la penicilina para evitar malformaciones en el feto.
Pero,pese a lo importante de este descubrimiento, esta técnica se “olvidó en un cajón”durante décadas hasta que, como explicala propiaMariana Castells, directora del Programa de Desensibilización del Dana Farber/Brigham andWomen’s Cancer Center, en un artículo publicado por la Universidad de Harvard, ella misma lo desempolvó durante una beca en el centro en el que ahora trabaja.
Partiendo de un modelo de desensibilización a alérgenos creado a raíz de sus investigaciones sobre mastocitos -y que ya había probado previamente con antibióticos-, Castells comenzó entonces a investigar en la desensibilización a fármacos quimioterápicos en pacientes que habían experimentado una reacción alérgica inmediata durante su administración, con el objetivo de que pudieran recibir el tratamiento completo. Además, Castells promovió la creación de un registro de desensibilización en el que ya hay “más de 15 hospitales españoles inclui-
dos aportando datos”, apunta Enrique Martí,jefe de Servicio de Alergología del Hospital Sant Joan Despí y coordinador de la Unidad de Desensibilización del Instituto Catalán de Oncología (ICO).
Artículo completo de la Gaceta Médica.